Que Sidonie tengan canciones nuevas siempre es un
acontecimiento musical a celebrar. Siempre. Es verdad que su anterior disco,
‘El fluído García’, se quedó más en un ejercicio de estilo que en un disco con
grandes canciones donde, aun así, hay perlas de la discografía de los catalanes
con temas como ‘A mil años luz’ o la inolvidable ‘Bajo un cielo azul’. En su
nuevo disco, ‘Sierra y Canadá’, dan una vuelta de tuerca más a su sonido, sin
abandonar nunca la psicodelia que les hace únicos y reconocibles desde sus
primeros trabajos.
En ‘Sierra y Canadá’ hay una novedad fundamental en cuanto a
sonido: las guitarras ceden su peso a los sintetizadores. Wow. Así de primeras
puede sonar algo marciano, pero desde la primera escucha, aunque se aprecie el
cambio, en ningún momento se resienten las canciones, y eso es lo que de verdad
importa. Los ingredientes, al margen de este cambio, son los mismos: producción
a cargo de Santos & Fluren, colaboración de Miri Ros en ‘Gainsbourg’ y Jes
cantando el tema que ha compuesto, que en esta ocasión es ‘La noche sin final’.
Pero… ¿De qué habla este nuevo disco de Sidonie? La respuesta es otra pregunta
¿Acaso los grandes discos han hablado alguna vez de algo que no sea el amor? El
motor que mueve las canciones de Sidonie es, desde siempre, esa química
existente entre dos personas, el inicio o el final de la misma. En general el
ambiente es devastador en el nuevo disco, donde los protagonistas son dos
robots que dan nombre al mismo. Decepción, engaño y un olor siempre presente,
el del amor que se acaba, quizás incluso del que nunca ha llegado. ‘Sierra y
Canadá (Historia de amor asincrónico)’ es la canción que ha servido de carta de
presentación del disco y uno de sus mayores aciertos. También ‘Un día de
mierda’, con esa frustración del mensaje a horas indebidas, se convierte en una
de las favoritas desde ya para ser coreada en los conciertos. También ‘Estáis
aquí’ tiene esa vocación de canción para ser cantada y ‘Canadá (El feo de los
Wham), aunque más recogida, es uno de los momentos de mayor lucidez lirica de
Marc a lo largo del disco. Son temas como ‘Olvido y morfina’ o ‘Hiroshima mi
amor’, los que ya desde el título presagian el amargo final, el fin de la
llama, el cortocircuito entre los robots.
(foto Carles Rodríguez)
Si algo se agradece en los temas de Sidonie es la
sinceridad, el escribir a tumba abierta. También la temática, esa dedicación
enfermiza al amor, entendido además de una forma que me resulta cercana. Como
ya dije al principio, habrá momentos mejores y peores si nos ponemos a recorrer
la carrera de este trío de amigos, pero sus nuevas canciones siempre hacen
despertar sentimientos, rescatar otros, enterrar los demás. Sidonie tienen
nuevas canciones, han empezado nueva gira y, nosotros, robots que escuchamos
sus canciones, deberíamos estar celebrándolo.
Sin más… me despido, besos, saludos, abrazos, desvaríos
varios y… family.